domingo, 29 de marzo de 2009

Divagaciones

- ¿Por qué no me miras directo a los ojos?... Pareciera que trataras de evadirme, es como si no me tomaras en cuenta.
- No es eso... Es sólo que siempre he pensado que a través de tus ojos se esboza toda tu alma, toda tu verdad interior... Y pues cuando te miro a los ojos me siento descubierta, desnuda, avergonzada... Es un pensamiento tonto, lo sé...
Es extraño, pero creo que tengo una habilidad oculta, sin embargo, aunque me da ventajas y beneficios, es un arma de doble filo... Expone mi debilidad más profunda. Y es así, todo en esta vida es bueno y malo a la vez, así como no puedes encontrar la felicidad sin haber saboreado una profunda tristeza, o no puedes morir sin haber nacido antes y todo se puede revertir y volver a ser lo mismo otra vez, como una gran circunferencia perfecta que gira y gira cual lo hacen todas las cosas hasta la Tierra en que vivimos en un ciclo interminable, sin fin. Y es que a veces estoy tan cansada, siento que mis fuerzas se desvanecen con el viento. Y es que miro al cielo por las noches y veo tantos recuerdos de vidas pasadas y siento en mi cuerpo la infinidad del Universo. Tan pequeña y tan frágil en esa vorágine de sentimientos y emociones, en el espectáculo de millones de colores psicodélicos. Me impactan, me envuelven... Inspiro profundamente y siento como mis pulmones se desbordan con la magia del polvo de estrellas. Quisiera cruzar a otras galaxias y viajar y conocer todo. Y siento tanta desesperación, angustia de mi ser, el no poder saberlo, y saberlo a la vez, conocer mis limitaciones y mi mortalidad, saber que en cualquier momento estaré frente a las puertas de la percepción absoluta y seré ilimitada. Pero me embargará la sensación tormentosa de haberme perdido tantas cosas en la vida terrenal. A veces me gustaría ser eterna y conocer absolutamente todo y es algo muy ambicioso de mi parte... Lo sé. Pero el solo hecho de pensarlo me da una sofocación epiléptica. Y es que la vida es así... Contradictoria. Y es que todo aquello que trasciende en el tiempo adquiere el realce adecuado gracias a su carácter efímero, fugaz.

sábado, 28 de marzo de 2009

Proverbios del Infierno - William Blake

En tiempos de siembra aprende, en tiempos de cosecha enseña
y en el invierno goza.

Conduce tu carro y tu arado sobre los huesos de los muertos.

La senda del exceso lleva al palacio de la sabiduría.

La prudencia es una fea y rica solterona cortejada por la incapacidad.

Quien desea y no actúa engendra la plaga.

El gusano perdona al arado que lo corta.

Sumergid en el río a quien ama el agua.

El necio no ve el mismo árbol que ve el sabio.

Aquel cuyo rostro no irradia luz nunca será estrella.

La eternidad está enamorada de las creaciones del tiempo.

A la atareada abeja no le queda tiempo para la pena.

Las horas de la locura las mide el reloj,
pero ningún reloj puede medir las horas de la sabiduría.

Ningún alimento sano se atrapa con red ni trampa.

En años de escasez, usa número, peso y medida.

No hay pájaro que vuele demasiado alto si lo hace con sus propias alas.

Un cuerpo muerto no venga injurias.

El acto más sublime consiste en poner a otro delante de ti.

Si el necio persistiera en sus necedades llegaría a sabio.

La necedad es el atuendo de la bellaquería, la vergüenza es
el atuendo del orgullo.

Las prisiones se construyen con piedras de Ley; los burdeles
con ladrillos de religión.

La altivez del pavo real es la gloria de Dios.

La lujuria del chivo es la liberalidad de Dios.

La ira del león es la sabiduría de Dios.

La desnudez de la mujer es obra de Dios.

El exceso de pena ríe; el exceso de dicha llora.

El rugir de los leones, el aullido de los lobos, el oleaje furioso del mar huracanado y la espada destructora, son porciones de la eternidad demasiado grandes para que las aprecie el ojo humano.

El zorro condena a la trampa, no a sí mismo.

El júbilo impregna; las penas engendran.

Dejad que el hombre vista la melena del león y la mujer el vellón de la oveja.

El ave un nido, la araña una tela, el hombre la amistad.

El egoísta y sonriente necio y el necio que frunce malhumorado el ceño han de considerarse sabios, y podrían ser medidos con la misma vara.

Lo que hoy está probado, en su momento era sólo algo imaginado.

La rata, el ratón, el zorro y el conejo vigilan las raíces; el león, el tigre, el caballo y el elefante vigilan los frutos.

La cisterna contiene; el manantial rebosa.

Un pensamiento llena la inmensidad.

Si estás siempre listo a expresar tu opinión, el vil te evitará.

Todo lo que es creíble, es una imagen de la verdad.

Nunca el águila malgastó tanto su tiempo como cuando se propuso aprender del cuervo.

El zorro se provee a si mismo; pero Dios provee al león.

Piensa por la mañana, actúa a mediodía, come al anochecer y duerme por la noche.

Quien ha sufrido tus imposiciones, te conoce.

Así como el arado sigue a las palabras, Dios recompensa las plegarias.

Los tigres de la ira son más razonables que los caballos de la instrucción.

Del agua estancada espera veneno.

Nunca sabrás lo que es suficiente a menos que sepas lo que es más que suficiente.

¡Escucha los reproches de los tontos! ¡Forman un título real!
Los ojos del fuego, las narices del aire, la boca del agua las barbas de la tierra.

El débil en coraje es fuerte en astucia.

El manzano nunca pregunta al haya cómo ha de crecer, tal como el león no interroga al caballo sobre cómo atrapar la presa.

Quien recibe agradecido da copiosas cosechas.

Si otros no hubiesen sido tontos, lo seríamos nosotros.

El alma rebosante de dulce deleite jamás será profanada.

Cuando ves un águila, ves una porción de Genio: ¡Alza la cabeza!

Tal como la oruga elige las hojas mejores para depositar en ellas sus huevos,
el sacerdote lanza sus imprecaciones para los más dulces goces.

Crear una florecilla es labor de siglos.

La condena estimula, la bendición relaja.

El mejor vino es el más añejo; la mejor agua, la más nueva.

¡Las plegarias no aran! ¡Los elogios no cosechan!

Las alegrías no ríen. Las tristezas no lloran.

La cabeza lo Sublime; el corazón, lo patético; los genitales, la Belleza;
manos y pies la Proporción.

Como el aire al pájaro o el agua al pez, así es el desprecio para el despreciable.

El cuervo quisiera que todo fuese negro; el búho, que todo fuese blanco.

La exuberancia es belleza.

Si el león recibiese consejos del zorro, sería astuto.

El perfeccionamiento traza caminos rectos; pero los torcidos y sin perfeccionar son los caminos del Genio.

Mejor matar a un niño en su cuna que alimentar deseos que no se llevan a la práctica.

Donde no está el hombre, la naturaleza es estéril.

La verdad nunca puede decirse de modo que sea comprendida sin ser creída.

¡Suficiente! o demasiado.

domingo, 22 de marzo de 2009